Es común haber escuchado o experimentado el olor a corcho en el vino. El corcho, producto de la corteza del árbol Alcornoque, es usado para sellar las botellas y así disminuir al máximo la exposición del vino al oxígeno, aunque es beneficioso una micro oxigenación a largo plazo, un contacto intenso, mataría por oxidación las cualidades del vino.
El Tricloroanisol (TCA), es el aroma de defecto importante que se encuentra en los corchos infectados por hongos que metabolizan los productos clorofenoles que se encuentran como contaminantes derivados de pesticidas o conservadores de la madera.Estos clorofoenóles son transformados por estos hongos en TCA y es un defecto del vino que puede ser percibido por el humano en tres partes por trillón. el problema puede alcanzar a toda la producción de vino por barriles, mangueras infectadas con este aroma tan característico. Aunque no es dañino en esas dosis, hace que el vino pierda su valor pues lo hace ser rechazado.
Algunas maneras ingeniosas de disminuir este aroma defectuoso es verter el vino por algunos minutos en alguna bolsa de polietileno o bien en algún pichel de plástico, permitiendo así que estas partículas odoríferas se adhieran al plástico dada su afinidad.
Cuando t encuentres en una situación de olor a «Corcho» se puede identificar tomando como referencia a lo que huele el periódico mojado, animal mojado, y así identificar como buen anfitrión un defecto antes que lo hagan tus comensales.